Olga Gayón/Bruselas
Tras milenios de especulaciones, de teorías de seres venidos de otros mundos, de incógnitas arquitectónicas que le atribuyen la construcción a extraterrestres-, yo, vuestra querida amiga, he encontrado la verdadera y única respuesta al gran misterio de cómo se erigieron las pirámides de Egipto.
El gran faraón Ikea, creador de las pequeñas y grandes piezas del “ármelo usted en casa”, es el genio que está detrás de las construcciones de las grandes pirámides y sus enigmáticas plantas subterráneas donde sus sucesores, faraones, podrían vivir eternamente para reinar por los siglos de los siglos, sin amén, porque faltaban todavía faltarían unos 2.700 años para que naciera el célebre Jesús de Nazareth.
El famoso e inolvidable Ikea ingenió toda una fábrica de bloques que se instalaría justo al lado de donde se levantaría la pirámide de turno. De esa factoría nacían así, como por arte de creación, todas las piezas que encajarían perfectamente una con otra hasta rozar el cielo.
Según lo registrado en los libros de historia, el último constructor de la última pirámide de Egipto se llevó el secreto de Ikea a la tumba, para que nunca nadie más fuese posible construir una pirámide después de aquella en la que él quedaría inmortalizado para siempre. Así, durante milenios y sepultado bajo los pasadizos de su gran construcción, permaneció resguardado hasta que a finales de la década de los setenta del siglo XX un antiguo vendedor de muebles de Suecia acudió como turista a esa última pirámide de Egipto y allí, su antepasado arquitecto egipcio le reveló el gran misterio.
Él, como familiar de su antecesor de hace 4.700 años, vio la gran oportunidad en el “constrúyalo usted mismo”, pero ya no para grandes edificaciones que costarían millonadas, sino que lo empleó para que tú o yo, simples y pobres mortales, pudiésemos armar en cada casa nuestros hermosos niditos de amor. Este genio del Siglo XXI, el gran neofaraón sueco Ikea, con su visión comercial, ha conseguido que todos los humanos de diversas culturas le compremos sus piezas sueltas para que seamos cada uno en en nuestras casas los obreros sin sueldo de sus muebles. Tal como hace 4.700 años, su pariente lo hizo con los obreros de la pirámides.
¡Esclavismo salvaje milenario!
¡Feliz día para tod@s!