Se requiere un plan de contingencia para Arauca

Por ALINTON ASPRILLA HERRERA*

La ola invernal arrasa con proyectos familiares y asociativos de miles de campesinos y comunidades étnicas en Arauca, afectando cultivos de pan coger, ganadería, porcicultura, viviendas y enseres.

Como resultado de las crecientes de los ríos y caños, los campesinos araucanos se enfrentan a una recesión económica derivada de los estragos causados por la naturaleza. Se requiere con urgencia solidaridad y acción institucional efectiva para mitigar el impacto. Los gobiernos municipales, departamental y gobierno nacional deben responder con medidas prácticas y específicas.

Es imperativo extender los plazos de condonación de deudas y demás beneficios contemplados en la Ley 2071 de 2020, incluyendo las recientes afectaciones provocadas por la ola invernal. Esto compromete al Banco Agrario y a FINAGRO, además de vincular la Resolución 000107 de 2020 del ministerio de Agricultura, que contempla mecanismos de condonación de cartera para usuarios de los Distritos de Adecuación de Tierras.

Los planes de contingencia deben diseñarse en la temporada de verano, incluirse en los planes de desarrollo con un rubro específico de inversión, y agilizar los trámites para que, una vez agotada la capacidad del municipio y departamento, se active la atención del orden nacional, para evitar que llegué meses después.

Claro, toldillos, o kilos de arroz, medicinas, entre otros, no resuelven el problema de fondo, pero contribuye a mitigar el impacto causado por este factor de riesgo social. Enfrentarlo exige una articulación interinstitucional. Me pregunto, ¿dónde está el ICBF garantizando la protección integral de la infancia, la adolescencia y las familias afectadas?

El problema estructural radica en la sedimentación de los ríos y el taponamiento de caños y lagunas (será en otra ocasión que mencione las causas). Esta situación amerita estudios hidrográficos que permitan una intervención efectiva para recuperar el cauce y orientar las aguas en esta parte de la cuenca del Orinoco, rica en productividad y biodiversidad.

El campesino araucano encarna la fuerza digna de una tierra fértil y resiliente. Su labor alimenta tanto cuerpos como esperanzas. Más que productor, es guardián de la memoria rural y tejedor de comunidad.

@HerreraAlinton

* Sociólogo e investigador de factores de riesgo social.