“Quiero llegar al Senado para apoyar las reformas sociales”: Jaime Calderón

Por JORGE GÓMEZ PINILLA

Jaime Calderón Herrera es un reconocido médico cardiólogo, con profundo sentido social, especializado en Cirugía Cardiovascular y del Tórax en la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), poseedor de un Fellow en Cirugía de Tórax en Barcelona, España.

Fue el candidato del Pacto Histórico a la alcaldía de Bucaramanga, y ahora busca llegar al Senado de la mano de su candidata a la presidencia de Colombia, la también médica (y psiquiatra) Carolina Corcho. Calderón Aspira a ocupar un buen lugar en la lista del Pacto Histórico, que haga viable su aspiración. Su número en el tarjetón de la consulta es el 45.

JGP: Una primera inquietud, que he visto se plantea gente de Bucaramanga, es que usted es un médico es de la alta sociedad bumanguesa, que incluso juega golf con empresarios. Y algunos se preguntan: qué necesidad tiene de meterse en los duros avatares de la política, en un terreno tan desagradecido como la política, y más metido dentro del progresismo. ¿A qué obedece ese fenómeno tan particular?

JCH: Son varias cosas en una. La primera, yo no hago parte de la clase alta. Soy parte de la clase media, tengo unos recursos suficientes fruto de mi trabajo, no como empresario de la salud. O sea usted no es un ricachón como dicen en la derecha. Contribuí a fundar la Fundación Cardiovascular del Oriente Colombiano, que migró a lo que se llama Fundación Cardiovascular de Colombia y también Hospital Internacional de Colombia. En esa fundación siempre trabajé como asalariado, o sea no saqué excedentes de ningún negocio en la salud. Mi trabajo ha sido como cirujano cardiovascular, esto me ha permitido tener unos recursos que mantienen mi estatus económico, suficiente para vivir bien, pero sin que me sobre para lujos excesivos. Su pregunta me hace acordar de Simón Bolívar, en los temas de mi convicción como una persona progresista, de izquierda. Bolívar era un acaudalado, uno de los hombres más ricos de América Latina. Sin embargo, fíjese usted, nosotros en el Pacto Histórico seguimos el mismo pensamiento bolivariano que nos lo ha hecho conocer y difundir nuestro presidente Gustavo Petro. Yo hago la política porque soy de izquierda, siempre he sido de izquierda, en los términos en que lo definió Manuel López Obrador: una persona de izquierda es una ser honrado y buena persona, o sea que siente el sufrimiento y tiene empatía por el dolor ajeno, por los débiles. Toda la vida he estado en esa misma dimensión de la vida. Como me conduelo de las dificultades que tiene la sociedad colombiana por su gran inequidad y desigualdad, siempre he querido estar del lado de quienes están trabajando por solucionar esos problemas.

¿Y por eso quiere llegar al Senado?

Por eso quiero llegar al Senado, para apoyar las reformas sociales que ha propuesto el presidente Petro y que una bancada del Pacto Histórico mayoritario haría posible. Ya aprendimos en estos cuatro años que no basta con tener presidente, porque el resto del Estado -empezando por el Congreso, que tiene que ejercer control político y hacer las leyes- hasta ahora las ha hecho para quitarle cosas a la gente y generar unos embudos que dirigen los recursos hacia los verdaderos ricachones, a esos que llaman los ‘cacaos’. Gente muy poderosa que maneja los medios, la salud y la economía financiera. Esa gente está metida en todos los ámbitos del Estado, inclusive en el mismo gobierno. Esto hace muy difícil que se puedan hacer las transformaciones sociales que el país necesita con urgencia.

JGP: Permítame ser “políticamente incorrecto”: uno encuentra -o encontraba- dentro del progresismo a personas que no parecen ligadas al proyecto político del Pacto Histórico. Por ejemplo, un señor entre los precandidatos a la Presidencia, que está imputado por la Fiscalía.

JCH: Ese es un tema que lo debe resolver la justicia. Una de las cosas que reclamamos es la necesidad de una reforma a la justicia para que sea eficiente y oportuna. Porque una justicia que falla a los 10, 12 o 14 años, como acaba de suceder en un caso muy emblemático, o que busca la prescripción o la dilación en los procesos, no lo hace de una manera muy objetiva. También hay gente así infiltrada en el Congreso, del mismo modo que están infiltradas las entidades del Estado. Esto ya nos generó una derrota moral, ligada al narcotráfico. Por eso es imperativo buscar la restauración moral de la República. Como está tan podrido el tejido social colombiano, tan infiltrado por esos antivalores éticos y morales, el Pacto Histórico no se escapa a esas circunstancias, porque está hecha de colombianos. Y ahí es muy difícil tener los controles suficientes. Sin embargo, el ejercicio de la consulta del 26 de octubre es un hito en la historia democrática del país, que un partido exponga a sus candidatos, inclusive infiltrados, además de personas con convicciones, gente excelente, para que sean los propios ciudadanos los que escojan con su voto quiénes deben representarlos dentro del Pacto Histórico, y no son solamente los del Pacto Histórico, porque es toda la sociedad colombiana la que puede participar. Ahora bien, si la gente elige a los equivocados, la responsabilidad está en el elector, que escoge a quien no lo representa y está allí de manera hipócrita, porque se viste con la mentira.

JGP: García Márquez en algún momento dijo que Colombia debería probar con una mujer presidente. ¿Están las condiciones dadas?

JCH: Hombre, imagínese una Colombia con la presidenta Carolina Corcho. Sería una Colombia con una conducción inteligente, democrática, sensata, prudente y abierta a las colaboraciones. Y quiero insistir en esto, no es cualquier mujer, no es porque sea el género, no es porque deba ser una mujer simplemente. Claro, todas las mujeres tienen una ventaja sobre nosotros los hombres. A nosotros en el Pacto Histórico nos gusta promover la política del cuidado. Y todas las mujeres tienen esa cualidad innata, diría genéticamente, como si su cerebro se orientara hacia el cuidado a los demás, por la maternidad, por la ternura. Pero además se requiere el valor del conocimiento, del carácter, de esa independencia que muestra Carolina en sus criterios. Yo creo que hoy no hay en Colombia una líder política de las características y de las condiciones de Carolina Corcho. Si no la elegimos, perdemos la gran oportunidad de continuar con el cambio que inició el presidente Petro en un cerebro femenino mucho más inteligente que los cerebros masculinos.

JGP: ¿Usted en qué lugar de la lista aspira a quedar?

JGP: Yo he hecho un análisis especulativo, Jorge. Según mis cálculos, voy a estar entre el 16 y el 20 en la lista. Eso quiere decir que quedaría entre el octavo y el décimo puesto de las votaciones masculinas, porque es una lista cremallera, o sea que se ordena de mayor a menor votación el puesto, pero con base en una votación masculina alternada con la votación femenina. Esto se traduce en que si la votación femenina es la mayor, la primera en la lista sería una mujer, luego un hombre, luego una mujer, etc. en este sentido, mi competencia no está entre las compañeras mujeres, sino con los hombres.

JGP: Última pregunta: ¿tiene usted alguna compañera o compañero como fórmula a la Cámara por Santander?

JCH: Hay tres personas a la Cámara por Santander que me están acompañando: una mujer, que es Neris Mendoza. Y dos hombres, Juan de Dios Tarazona y Jairo Hernández. Esas tres cámaras hacen equipo con mi postulación en la lista que es el número 45. Para la gente de Bucaramanga es muy fácil decirles que si quieren, el cambio pues cojan por la calle 45 al Senado. Así llegan a donde los espera Jaime Calderón.

@Jorgomezpinilla