Monserga, morigerar

Monserga.

¿Por qué hay media Colombia repitiendo lo mismo, y en los peores términos? Comienzan descalificando y estigmatizando a exfuncionarios y opositores, aunque se manifieste que «no hay espacio para estigmatizaciones»; que la oposición engaña a la ciudadanía o actúa

de manera incoherente, y que el discurso de odio de clases y que el golpe blando y que el golpe duro y que el otro golpe; y después, la sarta: paracos, narcotraficantes, narcoestado, sicarios y asesinos, corruptos y ladrones, genocidas, oligarcas, fascistas y ultraderechistas, neoliberales, reaccionarios, retrógrados, ciegos e ignorantes, élite desconectada, “gente de bien”, uribestias, uriburros, muñecas de la mafia, hachepés, esclavistas, lobos que prometen ser ovejas, opositores y engañadores del pueblo, ratas de alcantarilla, nazis… (de la lista de Sofía).

¿Y otra media Colombia repitiendo lo mismo, y en los peores términos? Comienzan preguntando «por qué ese señor no deja su discurso de odio; eso es lo que tiene muy mal al país; eso es lo que genera la división y los crímenes», y después confiesan que «le pego por ser petrista», y la sarta: guerrillos, vándalos, terroristas sin camuflado, castrochavistas, “comunistas y socialistas”, mamertos, “progres”, ineptos e incapaces, populistas, cínicos e hipócritas, resentidos, antipatria y traidores, revolucionarios de salón; Cacas, borracho, basuquero, demente, asesino, dictador, bruto asqueroso; vicepresidenta chimpancé, mica, negra hedionda, negra HP, chuchenta, ignorante, desclasados, ese par de HP que no nos representa, indiamenta, negramenta insolente, igualados, petristes, petroñeros… (de la lista de Néstor Oliveros).

Morigerar.

—La polarización en Colombia ha llevado a un deterioro del lenguaje público —dijo el profesor Bernardino—, y el insulto y la descalificación son, lamentablemente, herramientas comunes en ambos lados del espectro político. Partamos del criterio para consumir los medios de comunicación, y la solución parte de la selección; después está la capacidad de discriminar información y luego la disciplina para manejar el tiempo en los medios. Cada quien escoge entre una noticia insulsa o un hecho importante. Hay que ver varias fuentes, si información o articulistas, si leer medios extranjeros y en otras lenguas; y escribir correctamente (y cuenta del presidente para abajo). Si se pretende tener un pensamiento abstracto, reflexión, filosofía y ciencia, no se alcanza con lo oral-icónico, que abunda como “información”; para adentrarse en el conocimiento, hay que leer libros y fundamentar lo que se habla.

Y no, no me desvié del tema. Para morigerar: Primero, lectura en silencio. Segundo, no culpar a nadie. Tercero, sí se puede hablar en forma enfática, pero no grosera; tiene que haber interlocución. Ustedes, los santandereanos, son de contestar fuerte, pero puede hacerse dentro de parámetros, de reglas; no hay por qué insultar a la gente, ni por qué ofender, ni usarse un lenguaje de alto calibre. Empecemos ya.

@PunoArdila