La ‘redondeadura’ del cuadrado en Abad Faciolince

Por ISMAEL OROZCO*

No es otra cosa lo que pretende el periodista Héctor Abad Faciolince en su escrito de El Espectador “La cuadratura del círculo”, para criticar al gobierno. Hay que decirle al columnista, primero: Petro no ha señalado como nazis a los que no piensan como él, sino a quienes están actuando como no lo haría él: se refiere a quienes bombardean niños, mujeres y ancianos en Gaza.

Abad dice que el sistema de salud «no era perfecto, pero funcionaba relativamente bien». Ahora bien, no indica cuáles son los desperfectos, ni acompaña su denuncia con propuestas para mejorarlo, que no estén tan solo relacionadas con las EPS pidiendo plata descaradamente. Pareciera identificarse con los pulsadores de opinión que “conchudamente” prefieren el dicho popular según el cual “que roben, pero que hagan o den algo”. Recordemos al expresidente que se mostraba satisfecho con “reducir la corrupción a sus justas proporciones”.

A los manejadores de las EPS nunca les alcanza la plata pública para mejorar la prestación de sus servicios, porque la destinan a financiar la construcción de sus clínicas, que después, mediante la integración vertical, terminan contratando con ellos mismos a precios desbordados. Pero es más aberrante que destinen la plata que debería ser para atender enfermos, a respaldarles créditos que no pagan, mientras los bancos se quedan con esos recursos. Y ni hablar de los miles de muertos que continúan generando facturas por atenciones dispensadas después de muertos.

No tiene fundamento criticar al Gobierno por falta de atención a la educación pública, cuando el presupuesto nacional muestra lo contrario. Otra cosa es que algunos privados se fastidien porque programas como “Ser pilo paga”, que les resolvían problemas sustantivos de caja a ciertas universidades (matrículas por alumno a más de $20 millones semestre) no estén favorecidos.

No se entiende por qué no asimilan lo que tanto mencionan sobre “circunstancias de tiempo, modo y lugar”.

Después de más de 200 años de estar gobernados por descendientes directos de los criollos de la época de la Independencia –que se hicieron rebeldes porque no los designaban condes, marqueses, barones, etc.-, los críticos de hoy no asimilan que hay nuevas corrientes de gobierno en el mundo. Que tanto el globalismo como el comunismo no están en el orden del día. Hay multilateralismo, como socialismo democrático. Y también patalea en sus pañales el ultraderechismo libertario de Trump, Milei y Bukele.

Ese socialismo ha tenido líderes a los que, cuando les ven posibilidades de triunfar o ser presidentes, los asesinan. Recordamos a Uribe Uribe, Gaitán, Pizarro, etc. Infortunadamente pecaron por convertirse en meros caudillos sin dedicarle espacios a la construcción de verdaderos partidos políticos, de acción y no de redacción. Eso puede explicar por qué no hay diferencias ideológicas entre muchos protagonistas liberales, conservadores, pastores religiosos, etc.

Como ningún progresista había gobernado, no se tenían cuadros preparados para hacerlo con las reglas o leyes que construyeron los hoy viudos del poder y sus antecesores. Critican por ejemplo que la plata no se gaste rápido (ejecución, le dicen) pero esconden que quieren que se haga en los proyectos o acciones que ellos mismos, con su propia tecnocracia, gestionaron tiempo atrás. Meterles plata a “Caregato”, el túnel del Toyo, pagar el déficit que genera la diferencia en precios nacionales con los internacionales en los consumos de gasolina y Diésel; y el gran préstamo con el FMI, a intereses súper elevados y amortización rápida, para lo del Covid, es lo que presionan que se haga para no desmejorar la calificación de crédito.

Como no hay plata, porque desaprobaron la reforma tributaria para el financiamiento, validan la desinformación que propagan y los insultos a Petro con su familia, como herramienta política válida para su campaña.

Igualmente, atacan porque “se cambia cada tres lunas de ministro”. Pretenden desconocer que se ha intentado un “acuerdo nacional” o consenso en temas prioritarios y no ha sido posible porque no se logra empatar con las terminales ideológicas ni motivacionales que tiene cada grupo y subgrupo de los llamados a colaborar con el progresismo.

Tampoco se puede ignorar que cobran caro las novatadas de algunos funcionarios, que ocurren porque llegan como paracaidistas a los cargos, sin experiencia.

Creemos que el progresismo, con su montonera de grupos y partidos aliados, no se preparó para gobernar. No hubo un gabinete en la sombra que estudie situaciones y soluciones viables, tanto técnicas como sociales de corto, mediano y largo plazo. Cambiar una política pública de gastar en dobles calzadas de carreteras en lugar de invertir en ferrocarriles modernos, rompiendo con tantos y poderosos intereses de por medio no es fácil; así esté demostrado que el tren sí disminuye tarifas y las dobles calzadas las aumentan todos los años, tanto para pasajeros como para carga.

Acusan a Petro de aliarse “con la parte más abominable y corrupta de la política regional”, refiriéndose a Armando Benedetti, quien ni siquiera está en juicio. Ya no se acuerdan de los condenados Andrés Felipe Arias, de los exjefes del DAS y centenares de otros actores. Y no se trata de “hagámonos pasito”, porque las condenas deben aparecer para todos, incluidos los ángeles, arcángeles y querubines que hoy, desde cualquier medio leído, visto o escuchado, imparten condenas y absoluciones.

@IsmaelOroz95512

* Ingeniero de Transportes y Vías de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC). Exalcalde de Floridablanca, gerente de los Ferrocarriles Nacionales división Santander, director del distrito 15 de Carreteras del entonces ministerio de Obras Públicas.