En Bucaramanga: tranvía no, monorriel sí

Señor presidente, en trino reciente usted propuso que Bucaramanga “transforme sus troncales de buses en tranvías y el gobierno nacional compra con vigencias futuras los tranvías”. Con el debido respeto, creemos que lo necesario para nuestra área metropolitana es un monorriel, no un tranvía, porque este significa retroceder más de cien años en movilidad: cuando no había millones de autos, motos y peatones circulando sobre calles construidas hace 150 años.

Los medios de transporte han evolucionado, del mismo que lo hacen los de producción para lograr mayor productividad. Asunto que usted destaca en sus intervenciones. Y los medios de transporte evolucionan buscando disminuir tiempo en traslados, ganar seguridad, más comodidad y menores costos. Por eso desaparecieron la locomotora a vapor, los buques a vela y los aviones a hélice.

Los trenes de hoy son muy veloces y eléctricos. Muchos buques rompehielos se mueven con energía nuclear y los aviones son con turbinas (jet). Los tranvías siguen siendo lentos, con muchos tropiezos para circular porque se mueven en los mismos carriles mixtos que lo hacen motos, autos, ciclistas y peatones. Los semáforos reguladores se convierten en estorbo para flujos abundantes, porque crean congestiones en intersecciones críticas y ralentizan las velocidades.

El Traffic Index ranking de Tomtom.com nos dice que Barranquilla tiene el primer puesto con la velocidad más baja del mundo entre 500 ciudades ploteadas: para desplazamientos en un tramo urbano de 10 km registra 36 min 6 segundos. Esto implica que un usuario pasa 130 horas al año metido dentro de un bus.

Cartagena tiene el puesto 20, con 31 min 15 s; Bogotá el puesto 40 con 29 min 23s y Medellín el puesto 55 con 27 min 42s.

Bucaramanga está fuera de concurso, porque no aparece entre esas 500 ciudades. Sin embargo, analistas locales determinaron velocidades urbanas de 11,2 km/h. para buses de Metrolínea.

Visto lo anterior, señor presidente, nos permitimos afirmar que los tranvías para Bucaramanga no van a desmotivar que los 800.000 motociclistas y 270.000 conductores de autos cambien sus vehículos por los tranvías, pues serán igual de lentos que los buses de Metrolínea, dado que ambos medios son de superficie, padecen similares trancones o ayudan a incrementarlos.

Las solución en movilidad para Bucaramanga tiene que ser con un medio que circule a desnivel, bien sea por encima o por debajo. En Bogotá decidieron arbitrariamente, contra lo aconsejado durante su alcaldía, jugársela con el metro elevado. Según datos conocidos, después de analizados por el Ingeniero Chileno Lois de Granje, doctorado en Transporte y exdirector (2018-2022) del sistema Metro de Chile, que cuenta con tres lineas subterráneas, el costo- km del metro elevado de Bogotá terminará en USD 208,3 millones. Es mas del doble de lo que costó la reciente línea 7 de Santiago de Chile, subterránea de 26 km. (costo-km de USD 97,2 millones). Desbarata el argumento que es menos costoso el elevado que el subterráneo, teniendo similar grado de dificultad.

En Bucaramanga disponemos de un perfil de MONORRIEL, propuesto conjuntamente por el suscrito y el ingeniero Florentino Rodríguez: consiste en un sistema elevado, que rueda con llantas neumáticas sobre una viga-riel y por lo tanto es muy silencioso. Es rápido (50 km/h promedio), cómodo, seguro, eléctrico, con energía barata. Además de moderno y automático (no requiere maquinista), tiene capacidad para movilizar a 20.000 pasajeros en cada dirección durante las horas pico, despachando trenes de seis vagones con 1.000 pasajeros cada cuatro minutos.

Se tiene la certeza de que los horarios se cumplirán (frecuencias), porque esos trenes no se interceptan con nada. El monorriel es el más liviano de los Metros (250.000 pasajeros-día), más liviano que el metro elevado bogotano: 570.000 pasajeros-día según render de la empresa Metro-Bogotá, y mucho menos que un metro  pesado subterráneo (1`700.000 pasajeros-día).

Nuestra propuesta consiste en una primera línea entre Piedecuesta-Floridablanca- Bucaramanga, con una longitud de 24 km. Se construiría sobre el separador de la autopista, y al ser elevado devuelve los carriles exclusivos a las calzadas de la autopista, aumentando su capacidad en 3.000 vehículos-hora (1.500 en cada sentido). Posteriormente se debería construir una segunda línea sobre el anillo vial, que conecte a Girón y Bucaramanga. El gobierno departamental contrató construir dos carriles entre los mismos destinos y longitud de 27,4 km por $344.000 millones, con recorrido paralelo a la autopista.

Nuestro estimativo de costo-km para el monorriel es de USD 20 millones, incluido trenes y estaciones, para un total de USD 480 millones. El sistema es autosostenible, pues los costos de operación se reducen, comparados con los de operación a diésel, que ahora debemos asumirlos a precio internacional.

La vida útil del sistema es superior a cincuenta años, luego la amortización es bastante favorable, comparado con los buses a quince años.

Por último, señor presidente, los contribuyentes del área metropolitana de Bucaramanga depositamos toda la confianza en el cumplimiento de su oferta, respecto a contribuir activamente en la puesta en marcha del proyecto. No sobra advertirle que los buses que alimentaran el sistema deben ser eléctricos y con participación de privados como concesionarios.

Con el mismo entusiasmo con el que apoyamos sus propuestas de cambio, aplaudimos ésta ultima de enterrar el pasado de vehículos alimentados con zumo de dinosaurios, para pasar a energías limpias.

@IsmaelOroz95512

* Ingeniero de Transportes y Vías de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC). Exalcalde de Floridablanca, gerente de los Ferrocarriles Nacionales división Santander, director del distrito 15 de Carreteras del entonces ministerio de Obras Públicas.

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