El sistema de educación pública desde lo digital permite evidenciar las profundas desigualdades económicas del país, reflejadas en carencia de herramientas tecnológicas, ausencia de conectividad, falta de acceso a los servicios de comunicaciones, docentes no preparados para la educación virtual. Y para colmo de males, padres que no están capacitados para acompañar el aprendizaje de sus hijos.

¿Cuál madre atareada hasta el cansancio en alimentar a sus hijos, cuidar a sus ancianos, mantener su vivienda y a la vez ser productiva en lo laboral, puede dedicar cuatro horas diarias a desempeñar el trabajo de profesora, algo para lo cual no está “capacitada”?
