Cambio: contra viento y marea

Por YEZID ARTETA*

Cuando los gremios que representan al capital financiero y los cronificados contratistas del Estado atacan visceralmente al gobierno, empleando a pseudoanalistas y medios para sabotear las reformas sociales, es porque algo está cambiando en el país. Un cambio que, contra y viento y marea, comenzó el 7 de agosto de 2022. La manipulación, la hostilidad y las conspiraciones propiciadas por la extrema derecha y sus aliados continentales no han conseguido descarrilar al gobierno que preside Gustavo Petro.

Las reformas —laboral y pensional—aprobadas a instancias del Gobierno favorecen a los sectores sociales más débiles y marginados del país. La entrega de títulos de propiedad a los colonos y la devolución de la tierra a campesinos que fueron defenestrados por la violencia, son demostraciones palmarias de un gobierno que prometió redimir al sector agrario.

El deber de un Estado es el de favorecer a la educación pública y garantizar la cobertura sanitaria en las zonas más necesitadas y apartadas del territorio nacional. Los gobiernos que antecedieron al de Gustavo Petro fortalecieron a la educación privada y convirtieron a la salud en un vil negocio, abandonando a miles de familias que habitan en las periferias. El gobierno del cambio está intentando revertir esta perversa situación educativa y sanitaria. Hay una Colombia que existe más allá de Bogotá. 

En los últimos tres años Colombia ha ganado soberanía y relevancia en el concierto de las naciones, especialmente en el sur global. No somos peones de Washington. La política exterior se abrió hacía nuevos mundos. La propuesta ambiental y la impresionante belleza de Colombia despierta simpatías entre los pueblos del mundo. 

El cambio, a pesar de los lunares dejados por algunos elementos corruptos e incompetentes, apenas comienza. Colombia no es, ni será la misma: un país sometido a una minoría oligárquica. La extrema derecha con su ceguera conceptual no es alternativa para una nación que está abriendo los ojos.

@Yezid_Ar_D

* Tomado del periódico VIDA, de la Presidencia de la República