Por Redacción Pares – En alianza informativa con EL UNICORNIO
Este domingo 30 de noviembre la encuestadora INVAMER mostró los resultados de la encuesta de cara a las elecciones presidenciales de 2026. Iván Cepeda pica en punta con 31,9% de preferencia. Cepeda tiene aire en la camiseta después que la consulta del Pacto Histórico del 28 de octubre rozara los tres millones de votos. Le saca 13 puntos al outsider Abelardo de la Espriella, quien está tocando las puertas de sus posibles rivales dentro del mismo uribismo. Su llamado es a la unidad, algo que no ha pensado hacer quien aspiraba a ser la gran rival del progresismo, Vicky Dávila. En esta encuesta se evidencia la desinflada de Vicky, con apenas un 3.7%. Su campaña se ha quedado sin ideas y la confrontación que estableció con De la Espriella puede ser la explicación.
Dentro del progresismo no se puede cantar victoria. Las comparaciones históricas son difíciles, casi imposibles: cada época tiene su contexto. En las elecciones de 2002 ocurrió algo inédito. En encuesta publicada por Semana en octubre del 2001, Horacio Serpa tenía un 41.2%, como candidato oficial del Partido Liberal. Uribe en ese año no era muy conocido, solo tenía notoriedad en Antioquia, y empezó a sumar puntos primero gracias a su publicista, Carlos Duque, quien se inventó una de las campañas políticas más efectivas en nuestra historia, la de la mano firme y el corazón grande. Y la propuesta: propiciar el miedo entre la población para vender su Seguridad Democrática.
Es irrefutable que los diálogos de paz de Andrés Pastrana con las FARC fueron un desastre político y social, una especie de rendición silenciosa ante ‘Tirofijo’ y sus tropas. El país, desde los años 90 venía acosado por las guerrillas, alias “Romaña” hacía pescas milagrosas en Sumapaz y existía el miedo generalizado a una posible toma del poder por parte de las FARC.
A un mes de las elecciones, el 14 de abril del 2002, de gira en Barranquilla un carro bomba estalló al paso de su caravana. El blindaje del vehículo lo salvó pero la explosión del artefacto, atribuido a la columna Móvil Teófilo Forero, causó cuatro muertes y dejó a 27 personas heridas. Tras el estallido, el mismo Uribe se bajó del vehículo y calmó a las personas que lo seguían. Esa imagen, difundida en los medios, lo transformaron en una especie de héroe, de mito viviente. Ahí empezó la remontada que lo llevó directamente a arrasar en primera vuelta.
El progresismo sabe que hay encuestas de encuestas, y que algunas sirven para disparar las alarmas en un sector de la población. Cada vez está más cercana la posibilidad de que Uribe convoque a una gran runa alianza entre los sectores ajenos al progresismo. Ya conversó con César Gaviria, y se ventila la posibilidad de que su nombre aparezca en el tarjetón como fórmula vicepresidencial. Frente a esa posible alianza de toda la derecha contra el progresismo, es donde se espera de Sergio Fajardo y Claudia López criterio e independencia, pues sus votos serán determinantes a la hora de escoger al próximo presidente de Colombia.
Uribe es experto en remontadas históricas. Es un error darlo por muerto.
@IvanGallo78