El 11 de julio fue el centenario del natalicio de Orlando Fals Borda, un intelectual comprometido con una Colombia en Paz y con democracia de calidad. Este texto rememora apartes de su vida.
Creció en Barranquilla en una familia presbiteriana. Los presbiterianos son reconocidos por su compromiso con la justicia social, y a fe que Fals Borda honró con su vida esa enseñanza inculcada desde casa y en el Colegio Americano.
Muy joven viajó a Estados Unidos y estudió literatura inglesa e historia en la Universidad de Dubuque, donde se graduó en 1947. En la Universidad de Minnesota realizó un magister en Sociología y luego un Doctorado igualmente en sociología Latinoamericana en la Universidad de la Florida, corre el año de 1955.
Para optar por el título de Doctor en sociología, adelanta un trabajo en la vereda de Saucío, ubicada en Chocontá, Cundinamarca, entre 1949 y 1953. Este estudio sociológico se centró en investigar las relaciones entre el territorio y sus habitantes, y se considera uno de los trabajos pioneros en la sociología colombiana. Esta tesis fue escrita en Ingles y traducida al Español y publicado en 1961 con el título de: «Campesinos de los Andes»
Al regresar a Colombia para radicarse luego de su paso por Estados Unidos, se vincula como asesor al Ministerio de Agricultura, entre 1959 y 1961, y de manera simultanea promueve la conformación del Departamento de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia, en este esfuerzo lo acompaña Camilo Torres Restrepo y Eduardo Umaña Luna, es el primer programa de sociología en las Universidades Colombianas.
En palabras del propio Fals: “es, crear una escuela de sociología sembrada en las realidades colombianas, mediante la observación y la catalogación metódica de los hechos sociales locales, aunque sin perder de vista la dimensión universal de la ciencia”.
La Colombia de los años cincuenta vivió una profunda conmoción social, de allí va a surgir un trabajo clásico , El Libro La violencia en Colombia, un libro que puso “El dedo en la Llaga”, en palabras de Alfredo Molano Bravo, al hablar de los antecedentes de este trabajo, Fals Borda lo recuerda de esta manera: “Camilo Torres Restrepo tenía una amistad muy profunda con German Guzmán Campos quien era párroco en el Libano y había sido secretario de la Comisión de evaluación de los efectos de la violencia que había constituido el presidente Alberto Lleras Camargo y que presidia Otto Moralez Benitez. Con la publicación de ese libro tuvimos que escondernos, nos iban a matar, no voy a decir quién. Es un libro que logró sacudir las bases del sistema político”.
Orlando Fals Borda conoció a Camilo Torres Restrepo cuando coincidieron en el Ministerio de Agricultura, ambos asesores para el tema de reforma agraria, los unió su sensibilidad social y el compromiso con el cambio, en una charla con Alfredo Molano Bravo a mediados de los años 90, Fals Borda habla sobre la decisión de Camilo, de vincularse al ELN: “No estuve de acuerdo con la ida de Camilo al monte, yo pensaba que él debía seguir aportando en el gran movimiento político que inició: El Frente Unido, para mi ese fue un ejemplo de lo que es la política bien hecha, con la gente, con las bases sociales, hacia arriba.
Con la muerte de camilo, se perdió una oportunidad de cambiar el país, porque Camilo era un símbolo de esa transformación necesaria y con su personalidad, su honestidad, su tradición religiosa, todo eso me daba una gran confianza de que con Camilo habíamos podido llegar a las transformaciones necesarias a todo nivel, especialmente en el nivel de gobierno, porque había que llegar al gobierno, no solamente echar bala en el monte y hacer huelgas en la ciudad, hay que tomarse el poder.
Orlando se mantiene como decano del Departamento de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia hasta el año de 1967, sale en medio de un conflicto en un ambiente estudiantil belicoso y exacerbado que no va con su carácter de moderación, años después recordaría estos hechos con una sonrisa y su espíritu alejado de odios y rencores.
Los recuerdos de Orlando Fals Borda, sobre esa generación de jóvenes en las Universidades, públicas y privadas de los años 60 interpelados por una realidad de desigualdades, pobreza y el asfixiante contexto del Frente Nacional, muestra su amor y generosidad por los ideales compartidos, así se refiere en la charla con uno de esos jóvenes como lo fue Alfredo Molano Bravo, su alumno en los años sesenta en el Departamento de sociología, en la ya citada conversación de mediados de los años noventa:“es un poco doloroso recordar esos años sesenta en la Universidad Nacional, porque era conocer tanto estudiante bueno, brillante, que les movía un ideal, el ideal del servicio al país y al pueblo común y corriente, jóvenes que observan que el campo en que ellos han vivido , surge la guerrilla y una guerrilla agraria, tanto las FARC, el EPL, como el ELN, tienen sus raíces en esa situación de injusticia y desigualdad en el campo colombiano, la injusticia en el campo”.
Se vincula de lleno a la lucha campesina de la floreciente ANUC, aplica con otros colegas jóvenes la acción por el cambio sustentada en el conocimiento propio que acumulan las personas desde su experiencia directa y el ser parte de la rica cultura campesina, se enamora de este mundo caribe del que es parte y de allí surgirá una potente propuesta pedagógica y de acción por la transformación: la Investigación Acción Participativa, conocida como la IAP, que tuvo impactos más allá de nuestras fronteras y de la cual Fals Borda fue un promotor en muchas latitudes.
Con Gabriel García Márquez y Enrique Santos Calderón, lidera la conformación de la Revista Alternativa, con un lema sugestivo donde Fals Borda encuentra plena identidad: “Atreverse a pensar es empezar a luchar”, fue una publicación que se aplicó a darle voz a las luchas de obreros, campesinos e indígenas, a mostrar otras colombias que estaban invisibilizadas, a insistir en el propósito del cambio.
Durante el gobierno del presidente Julio Cesar Turbay, su compañera María Cristina Salazar de Fals, estuvo detenida durante un año largo, acusada de rebelión, por hechos que la relacionaban con el M-19, ella siempre alegó su inocencia y fue un duro golpe igualmente para Orlando.
Orlando fue de los pioneros en trabajar e insistir en que Colombia tenia el enorme desafío de ordenar su territorio, contando con la multiplicidad de realidades regionales y la voz y la acción de quienes habitan esa Colombia profunda donde se han vivido violencias desgarradoras y exclusiones enormes, aparejadas de despojos y atropellos que siguen presentes.
De su enorme producción intelectual hay que destacar los cuatro tomos de la “Historia Doble de la costa”: 1979: Mompox y Loba, 1981: El Presidente Nieto, 1984: Resistencia en el San Jorge, 1986: Retorno a la tierra, son una comprensión de la rica historia del caribe colombiano y de su mundo campesino, indígena, afro, de las formas de resistencia y exclusión vividas ante una hegemonía andina que ha concentrado el poder desde el siglo XIX.
Cuando se conformó la lista de Alianza Democrática M-19,a la Asamblea Nacional Constituyente, su nombre fue incluido como el justo reconocimiento a una vida de lucha y compromiso por el cambio, como constituyente insistió en los temas del territorio, la participación social y comunitaria, la descentralización, todos temas que siguen vigentes en la realidad colombiana de hoy.
Volvió a la Universidad Nacional, cuando se fundó el Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales -IEPRI. Siguió con su rica vida de académico e intelectual y allí está su prolífica obra que respalda ese compromiso con el conocimiento, un conocimiento aplicado al cambio y a la justicia social.
En sus últimos años, acompañó la conformación del Polo Democrático y no tengo ninguna duda que habría sido muy feliz de ver el primer gobierno de Izquierda en nuestra historia republicana.
Orlando Fals Borda, en el centenario de su natalicio es recordado con cariño, respeto y admiración, por su fe en Colombia y en el proyecto de una nación que reconozca su diversidad y su riqueza para la vida y sea capaz de sentir y pensar desde lo propio, nos deja muchas enseñanzas y una vida ejemplar para siempre volver a ella en su obra y su ejemplo.
@luchoceliscnai