Las influencias negativas del petróleo

Mientras leía las angustiosas predicciones sobre el impacto que tendrán los bajos precios del barril de petróleo en la economía colombiana, recordaba un episodio que viví mientras prestaba asistencia técnica al gobierno departamental del Meta en los años 2013 a 2015.

Siendo consultor del PNUD Colombia, asistía técnicamente a este gobierno departamental y en una de las conversaciones con el secretario de Hacienda del momento, le pregunté sobre cuál era la razón de que no hubiese una alta gestión de cobro de los impuestos departamentales. Y la respuesta fue clara y contundente: “Si tenemos ingresos anuales por 1,5 billones de pesos por regalías petroleras, para qué esforzarnos en recaudar menos de 300 mil millones”.

Debido al boom petrolero, el Meta dejó de lado gran parte de su producción de alimentos, que lo había convertido durante décadas en una de las despensas alimentarias del país. Las cifras de producción de arroz, maíz y cítricos fueron disminuyendo, mientras que la producción de petróleo crecía como espuma, llegándose a extraer medio millón de barriles diarios del crudo, especialmente en los municipios de Puerto Gaitán, Castilla La Nueva y Cabuyaro.

Cuando las regalías cayeron en el periodo 2016 – 2019 por efectos de una ley de redistribución de esta fuente, el gobierno del Meta apenas empezó a recibir medio billón de pesos y entonces sí se preocupó por cobrar los impuestos y tasas departamentales.

El daño colateral que propicia la industria petrolera al Meta es inmenso. La plata recaudada por regalías se esfuma, el desarrollo apenas sí se nota en algunas infraestructuras viales, pero el sector productivo quedó fracturado, con excepción de la palma aceitera.

Una situación similar vivieron en el pasado Casanare y Arauca, que vieron disminuir sus explotaciones petroleras y cuando muchos pozos se cerraron, quedó en evidencia su ruina económica y social.

Hoy Colombia se enfrenta a una realidad dolorosa, su producción diaria de petróleo es un 25% menos que hace diez años y los precios por barril con que planeó sus ingresos en 2025 son de 80 dólares (cotización Brent) y ahora están acercándose a 60 dólares, lo que significa que el país podría dejar de recibir 12 billones de pesos en 2025, si persiste esta realidad del mercado petrolero, que agravará ampliamente la situación fiscal del país y de paso las transferencias de regalías a los territorios, especialmente a los productores.

Nos quedamos en Colombia, especialmente en los departamentos productores, pensando únicamente en petróleo y sus bonanzas periódicas, y nos olvidamos de diversificar y entender que tenemos la potencialidad de ser altamente competitivos en otros campos. 

Mientras buena parte de los países árabes han entendido que la plata del petróleo sirve para promover y apoderarse de otros sectores económicos como el turismo, el mercado financiero, la compra de tierras productivas y la alimentación, naciones como Colombia se quedaron ancladas en el oro negro, sin mirar hacia otros horizontes.

@humbertotobon